Hay tres poetas,
en tres riberas
Que me han
saciado de arte:
En la del Río de
la Plata, el universal Jorge Luis Borges;
En la del
Segura, el sufrido Miguel Hernández
Y el genial
France Preseren, en la del Sava.
Este es un
homenaje al primero de ellos.
El de los otros
dos,
Aun está en el
alma.
JUSTIFICACIÓN DE UNA AUSENCIA
En la eternal
Helvecia
-Patria tan
añorada-
Se me ha muerto
como del rayo don Jorge Luis
-Pluma tan
admirada-
(remedando a
Miguel Hernández)
Génesis
inevitable de conjeturas y desconcierto:
La muerte.
Puebla el error,
empero, cada espacio conjetural.
Y así fue, cada
palabra, vanamente pronunciada,
Cada gota de
tinta, vanamente derramada.
La ausencia duele
y confunde,
El vacío sin
retorno desespera y angustia;
Aun así, me
pregunto por qué
Tanta impudicia y
crueldad
En aras de
explicar un destierro…
Y es que no fue el
desamor
Ni fue el
inviolable destino;
No fue tampoco el
consumirse al engendrar,
Todas,
aproximaciones y espejismos.
No fue una
cobarde huida
Ni un nuevo
capítulo de otra porfiada búsqueda.
Menos aún, una
mera etapa procesal de la existencia.
Fue, simplemente,
aquella inquietante idea
Alumbrada tiempo
atrás
E innumerables
veces releída y repensada en secreto:
“… ¿Y para qué
ser poeta en tiempos de penuria?...” n
n – Hoelderlin en “Brot und Wein”
LAS DOS PROFECÍAS
Ethine, reina de
Tracia,
A quien cantara
Jorge en inspirado vuelo;
Realeza nueva,
sin aristocracia,
Nacida en surco
al horadar el suelo.
Mas Luis se
empecinó en hacerte prosa
Sin importarle
pronunciar tu nombre en vano;
Así nació su
conocida glosa
En aquel libro,
tan divino cual profano.
Es Borges quien, sacrílego,
pronuncia
Tu nombre sin
temor ni miramientos.
No se cumplió la
maldición que anuncia
El misterioso
libro de los cuatro vientos:
Él mora entre
nosotros, no se ha ido;
La profecía,
pues, no se ha cumplido.
QUERIDO JORGE LUIS
En dos cosas
acertaste solamente
Y, aún en ellas,
No fue total tu
suerte.
Fue verdad que
volverías a Ginebra,
Pero fue antes
De tu pretendida
muerte.
No estás en
Recoleta,
Tal como
predijiste;
Y estás también
allí,
Tal cual lo
presentiste.
(Nadie puede
decir
Que no estará en
un lugar
Si no ha pensado
antes
En estar).
¿Juego de
palabras?
¿Adivinación y
suerte?
¡Caprichos de la
ruleta
En que giran vida
y muerte!
CAPRICHO BORGEANO
Me han dicho,
Jorge Luis, que te has marchado
Y es bueno que yo
sepa que no es cierto;
Morar en otro
mundo con los dioses,
No puede ser lo
mismo que estar muerto.
El ostracismo
estaba ya en tu mente
Cual rara pero
firme vocación,
¿por qué
afanarnos, pues, inútilmente
Buscando a tu
destierro explicación?
Hoy sabes ya
quién fue tu tercer hombre,
Vagando por las
ruinas circulares;
Hoy sabes de los
números, los nombres,
Las tierras
misteriosas y los mares.
Has muerto y sin
embargo sigues vivo;
Te fuiste y sin
embargo estás aquí...
¿Será que vida y
muerte son lo mismo?
¡Curiosa
ubicuidad la del morir!
Poema premiado con el 2º Premio en el CONCURSO LITERARIO NACIONAL "DE LA PATAGONIA AL PAIS" (Diario Crónica, 1985).
Publicado en ESCRITOS DE FINIS TERRAE, 2011, Colección Patagonia Contemporánea, Editorial Jornada, Chubut, Argentina.
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