Por el camino del
chamán
Llegué al pie de
la montaña iluminada,
Y me volví
montaña.
Penetré la luz
hasta su mismo corazón,
Al tiempo que la
luz se adueñaba de mí:
¡milagrosa
con-fusión!
Se iluminaron mis
ocultas entrañas
Y un fuego
purificador me derretía;
En ese instante
sublime, no sabía
Si yo era yo, o
era la montaña.
Viví de pronto
una expansión infinita
Y ya no cupe más
en mí;
Algo se abultaba
en mi vientre enardecido,
Pujando
fuertemente por salir.
Fue entonces que
mi alma estalló
En un infierno de
fuego,
Liberándose del
molde de mi cuerpo,
Elevándose rauda
hacia el cielo.
Como siempre,
después, siguió la calma;
Mis partículas,
dispersas a merced del viento,
Liberada mi alma.
Publicado en ESCRITOS DE FINIS TERRAE, 2011, Colección
Patagonia Contemporánea, Editorial Jornada, Chubut, Argentina.
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