UNA PEQUEÑA
HISTORIA
(Rapsodia existencial)
Describe tu aldea
Y describirás el mundo;
Describe el mundo
Y desnudarás tu alma;
Desnuda tu alma
Y desnudarás el universo.
I.
EL UNIVERSO
En un principio
era el caos,
Las tinieblas
cubrían el abismo…
Más tarde fue la
luz, la mar, las flores,
Diversidad de
seres y de amores
Y, siglos
después, más de lo mismo…
…
Así, querido
amigo, en dos más dos.
Después,
exhaustos ya los siglos,
Mi génesis y yo.
II.
YO
Y existo desde
entonces yo, arrojado,
En esta simple
historia;
Sin fuerzas, sin
valor, como atrapado,
Sin pena
verdadera y tan sin gloria.
…
En este cuerpo
animado,
Alma encarnada y
pasión de rojo,
Onomatopeya vital
De otros que le
antecedieron,
Sólo veo carne
nula
Que se pudre con
el tiempo;
Que arrastra todo
mi ser
Por el fango del
olvido…
Se borrarán horas
largas
Con el tiempo,
que no existe,
Que es un “ahora”
eterno, inmóvil,
Como el ser.
Un puñado de
nervios y sangre
Que acumula
experiencias,
Que alimenta
angustias
O finge dichas y
lame hiel.
Hiel amarga de
existencia,
De duras
inexperiencias,
De inmadurez
progresiva
En un “siempre”
inmutable y cruel.
Con un tendal de
vivencias
Putrefactas e
inmorales
Ante los ojos
mortales
De otra carne
como yo:
Un cúmulo de
fracciones
De amor y libertinaje,
De invencible
ignorancia,
De negro hedor e
impotencia,
De veleidad de
poder.
…
Y en la senda del
seré,
Mis ojos
perdieron el camino;
La rosa de los
vientos se ocultó,
Otras manos
forjaron mi destino.
…
Había bruma en mi
ser dolorido
Y era grito de
angustia
Arrojado con
asco,
Escupido al
camino,
Para que en tu
minuto de hueca humanidad
Se hiciera carne
en ti;
Para que en ese
instante de leve vacuidad
Se hiciera sangre
en ti.
Había luz en mi
día claro
Y era vida parida
al azar,
Existencia iluminada,
Un camino hacia
la esencia,
Para transformar
tu carne
Y mirar conmigo
el siempre.
…
¿Y por qué esta
soledad
Que me carcome
los huesos?
Osteoporosis del
alma,
Socava mi fuerza
y mi paz,
No me da quietud
ni calma.
III.
TU
Y entonces apareces
de improviso
Cual Eva de un
edén casi olvidado
Que, empero,
regenera mis recuerdos,
Revive en mis
entrañas el pasado.
Recrea mis
vivencias y mis duelos,
Mis viejas
frustraciones y mis sueños;
Lastima mis
otoños con su ausencia,
Alegra mis
mañanas con su risa,
Remueve mi
letargo con su prisa,
Desnuda mis
pasiones y mi esencia.
…
Descubrí el
universo en tus ojos,
Recuerdos de esa
aurora y esos rojos
Destellos tenues
de tu tierna juventud.
Y entonces el
recuerdo me devuelve
Aquellos pobres
versos dedicados
En un poemario
breve y escogido:
“Nada son veinte
“poemas de amor,
“nada una canción
desesperada.
“Cuando alguien
quiere
“como quiero yo,
“todos los poemas
no son nada.
“No es nada el
verso ni nada la palabra
“ni es nadie
Neruda en este asunto.
“¿por qué te
regalo, entonces, yo este libro?
“Porque sí,
porque te quiero y punto.
Recuerdo que reíste
y me besaste
Y yo gocé, feliz,
de nuestro idilio…
Jamás imaginé que
nuestros pasos
Terminaran camino
del exilio.
IV.
NOSOTROS
Todo comenzó
Como comienza
todo.
Luego, el tiempo
me enseñó
Que es ese el
único modo.
Vivimos días de
dicha
Y siglos de hondo
dolor…
Noches negras y
cerradas
Y días de intenso
sol.
Conocí tu vientre
tibio
Y conocí tu
traición…
(El mar sabe de
la calma y
Sabe también del
furor…).
Y juntos contamos
los días,
Las estrellas y
los vientos;
Juntos hicimos
los hijos,
Juntos les dimos
consejos,
Juntos gastamos
la vida…
Juntos llegamos a
viejos.
…
Y juntos hicimos
el mundo
Cargado de
angustia,
Colmado de pena,
Que en ti se hizo
grito
Y en mí se hizo
guerra.
Parimos violencia
Y nos destruimos.
Y ya no existimos
En aquel camino
que tracé contigo.
Y fuimos violados
Y ni en el
recuerdo tenemos morada:
Fuimos olvidados
Y de nuestro paso
ya no queda nada.
Ni una huella
triste marcada al pasar
De nuestra
existencia gris, acelerada,
De nuestras
ansias natas de dejar estela.
Y un pájaro yerto
hoy se nos parece
Y el segundo
breve de la breve opción
Hoy desaparece
Bajo las
tinieblas de la oscura nada.
Sólo nos anima y
late en nosotros
La leve esperanza
de la redención.
A ti te debemos,
a mí se me debe,
Esta triste
destrucción:
Ya nada tenemos,
ya nada sabemos.
Tan sólo nos
queda
Esperar perdón.
V.
ELLOS, LOS OTROS (LOS LUGARES Y LAS COSAS)
Anduvimos el
camino en soledad,
Pero en una
soledad acompañada.
Estar juntos,
codo a codo, en realidad,
Es frecuente que
no quiera decir nada.
…
Estaban ellos,
compañeros invisibles
De un camino de
placeres y dolores,
Compartiendo silenciosos
nuestras horas,
Las auroras y el
perfume de las flores.
El cante jondo,
Valle Inclán, Dalí, Picasso,
Serrat, Machado,
Nuria Espert y algún pecado…
Buñuel, Gauguin,
Sabina y Mallarmé.
Algunas dudas,
Preseren, Kosovel,
Venecia, Bled,
Pidal, Pelayo, Lorca,
Tu vientre tibio
y el juego de la horca,
Miguel Hernández,
Prevert y el postre helado
Que preparabas,
tan rico y esperado.
El costumbrismo
español, el pan y el vino,
Casto de Diego y
Paco de Lucía,
Mi sueño en sol
mayor, Bizet, Tchaikovski
Y los sabores que
contigo compartía.
Y, en larga
procesión, estéril y fecunda,
Lugares, fechas,
hombres,
Los héroes y las
tumbas,
Los números, los
nombres,
Fantasmas y
demonios,
Lo incierto y lo
sagrado,
La yerma
Patagonia
Y el fruto del
pecado.
Vivaldi, Bach y
el canto postergado,
Samuel Agnon y
sus leyendas ya olvidadas,
El cielo
compartido, el ruego denegado,
Los besos silenciosos,
la fe disimulada.
…
Y vuelves siempre,
Gauguin, hache de pé,
Con todo tu
paquete de vivencias,
De cambios, de
heroísmos y temores,
Suicidios fracasados,
duda y fe.
Jugando con lo
efímero y lo eterno,
Los planes y el
vivir improvisado,
Lograste lo que
pocos han logrado:
Gozar cual
ciudadano del infierno.
…
Tahití, con sus
demonios, selvas y desnudos,
Patagonia, tierra
estéril,
Patagonia, fin
del mundo…
Y sigues siendo,
terrón que me ha parido,
La tierra gris
que llevo en mis entrañas.
No se si tu
existencia alberga algún sentido
O sólo es
escenario de míseras hazañas.
…
Crecí, no
obstante, oyendo cantos, cuentos,
Palabras,
melodías y leyendas,
Viviendo fantasías
e historias de la guerra
Contadas con
pasión en otra lengua.
Y entonces con la
leche
Materna, dulce,
tibia,
Se cuela otra
cultura por mis venas:
Es Europa que
avanza despaciosa
Por los vasos
capilares de otra tierra.
…
Llegaron los
Rolling Stones,
Los Beatles,
Mozart, Pink Floyd,
Leonardo,
Plecnik, Gaudí,
Tartini con su
violín
Y un Ménart,
canto y pasión,
Deep Purple,
vida, emoción,
En una orgía
sensual
Sin principio ni
final.
…
Amé ciento tres
mujeres
En seis idiomas
distintos.
Pagué caros los
pecados
Dictados por mis
instintos.
Aun no cancelé la
deuda
Y sigo pagando a
diario;
No se terminan
las hojas
De este, mi cruel
calendario.
…
El mar mojó mi
piel blanca,
Hubo caviar y
champaña,
Largas noches sin
dormir
Y hasta algún
tiempo en España.
…
Surgieron nuevas
ideas
Cual palomas de
galera
Y revueltas de
estudiantes,
Dolina, Bioy,
Ginastera.
Favio y Piero me
cantaron,
Jetro Tull y
algún desliz;
Grupo Uno y Opus
Cuatro
Y un Yairó
llamado Jairo…
… El alma sigue
sedienta
Y no hay quien
pague la cuenta.
…
El mundo me llama
y yo voy como Ulises,
A Ulises lo
engañan, me engañan a mí;
En mi alma
desierta no hay tiempo de dudas;
Como un vagabundo
total, me perdí.
VI.
ARMAGEDÓN
Sueño con convertirme
En un animal alado
Y alejarme raudamente
De este suelo envenenado.
Y así, vegetamos
Perdidos en un
mundo
Que no nos da
tregua
Ni pausa en la
lucha.
Que no nos
comprende,
Que no nos
escucha.
Vivimos con
temores,
Con odios, con
guerras…
La duda
existencial
Se torna banal:
Perdemos la conciencia
Por simple
subsistencia.
Preguntas sin
respuesta,
Respuestas sin
sentido,
Impuestos sin
servicios,
Servicios no
pedidos.
Batallas profundas
Libradas por el
alma,
Batallas frugales,
Eternas,
cotidianas,
Que opacan el
hoy,
Que ahogan el mañana.
Cual aves rapaces
Regresan y anidan
Y nada nos dan,
Mas todo nos
quitan.
…
Pero en ese cruel
camino, largo, ajeno,
No me ahorraron
ni una pena ni un dolor;
Me bebí hasta el
fondo la poción
Que me estaba
destinada del veneno
De algún Hobbes
con su amargo Leviatán:
Hombres lobos que
en contienda sin final
Nos mordemos a
matar o a morir
Para todos,
finalmente, sucumbir.
…
¿Es que tendrá
que volver
El flaco, eterno,
barbudo,
Judío de
Palestina,
Porque todos los
demás
No hallamos la
medicina?
…
Y así es como se
suma la ley natural
A la ley del
hombre, cruda y demencial,
Haciendo al
humano perder la esperanza,
Herido de hastío,
cubierto de llagas,
Violado en su
esencia, sin voz y sin alma.
Vejado, sin
consuelo, sin gloria y sin cielo.
Y así, todo
termina en mar de conjeturas,
Dolor, ausencia,
duelo, traiciones, soledad,
Pesar,
contradicciones, mentiras sin piedad,
Heridas sin
remedio, bravatas y bravuras.
Y mil palabras
huecas, en vano pronunciadas
Y mil gotas de
tinta, vanamente derramadas.
Cada voz, todas
las voces, a los puercos arrojadas
Cual bíblicas
margaritas, mustias y deshojadas.
VII.
POSTRIMERÍAS
¿Y qué quedó de
aquello que fuimos y vivimos,
Por qué se nos
escapa la fiesta de la vida?
¿No existe ya
esperanza para los que nacimos?
¿Hemos perdido
todo o hay algo todavía?
…
Tan sólo la
poesía
De Lalo de Pablo
Luchando su lucha
Entre Dios y el
diablo:
“Mas la
existencia del hombre
“Es una tendencia
al Ser;
“Es un negar el
olvido:
“Ser hombre es
tender a Dios.
Esperanza azul
abierta
A este rojo
actual, finito,
Limitado,
impropio, impuro,
Efervescencia de
soles,
Potencia de las
potencias,
Aplastada por las
guerras,
Pisoteada por los
hombres,
Limitada por sí
misma,
Negación de
libertad,
Reina del
libertinaje,
Descalza,
tullida, manca,
Circunscripta,
perseguida,
Apoteosis de
pasión…
Pero hay una
fuerza oculta:
“Llegar a ser”: ¡Liberación.!
Publicado en ESCRITOS DE
FINIS TERRAE, 2011, Colección Patagonia Contemporánea, Editorial Jornada,
Chubut, Argentina.